¿Estás buscando información sobre las diferentes operaciones de glúteos que existen? Haces bien, la información es poder, pero debemos decirte que no es oro todo lo que reluce. Las operaciones de culo no son una buena opción en la mayoría de los casos.
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Implantes de glúteos: ¿Es buena idea ponerse un culo de silicona?
A la hora de querer tener un glúteo más grande, la opción quirúrgica está ganando adeptos, y más aún que las celebrities de turno están promocionando modelos de belleza femenina con curvas exageradas y, en algunos casos, muy poco naturales.
Los implantes de glúteos o gluteoplastias, aunque no son la única solución de la cirugía plástica, suele venir siendo la primera opción que se valora en estos casos. Así, se introduce un implante, fundamentalmente de silicona, en una incisión entre ambas nalgas, y se consigue el efecto deseado… o no.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la apariencia estética de un trasero operado no tiene nada que ver con la de un trasero trabajado en su masa muscular. Aunque los implantes se pueden poner bajo el músculo, entre los músculos glúteos o sobre ellos, ninguna opción garantiza un resultado estético remotamente similar.
Además de los riesgos habituales que se asocian a este tipo de operaciones de implantes, en los implantes de glúteos hay que destacar una mayor incidencia de las infecciones postoperatorio, una incomodidad severa a medio plazo tras la operación y una limitación en la actividad física recomendada.
Además, al realizarse la operación en ambas nalgas es altamente probable que curen de forma independiente y que el aspecto de las nalgas no sea simétrico. Esta asimetría, en algunos casos, es permanente.
El hecho de introducir en nuestro cuerpo un elemento extraño de un material ajeno también incrementa los riesgos de rechazo, aunque este se produzca a largo plazo y sin previo aviso. Además, en muchos casos la operación no se puede realizar porque no hay seguridad de que los implantes queden en su sitio.
Por eso, los implantes están desaconsejados en aquellos pacientes que tienen una piel irregular, demasiada grasa en la zona, cicatrices o flacidez. Es decir que, en casi todos estos casos, el ejercicio previo a la intervención es prácticamente obligatorio.
Con todas estas contraindicaciones, es bien cierto que la mayoría de quienes ostentan un trasero despampanante optan por los ejercicios y la dieta saludable, que además de tersura minimizan otras condiciones antiestéticas como la celulitis o el movimiento irregular de la carne.
Lipoinyección de glúteos
Hace unos años, con el método brasileño de gluteoplastia, empezó a popularizarse una operación que parecía prometer soluciones a todos los problemas que acarrean las operaciones de trasero con implantes de silicona.
Este tipo de operación combina una liposucción de las áreas donde el paciente acumula grasa no deseada, y una colocación de la misma en la zona de los glúteos. Sin embargo, esto no es aplicable a todas las personas que quieren un trasero más grande, porque requiere que exista esa grasa no deseada en esas zonas.
El mayor inconveniente que presenta esta operación es que, si la persona llegado el momento quiere bajar de peso, va a perder sí o sí ese aumento de glúteos. Puede ser por salud, o por condiciones de la vida de cada una, pero una bajada de peso conlleva perder los resultados de la operación.
Y esto es así porque el cuerpo, cuando pierde peso y destruye grasa y músculo en el proceso, lo utiliza de todas las zonas del cuerpo a la vez, sin discriminar. Es más, es probable que, si el glúteo no es una zona donde acumules grasa normalmente, lo notes incluso más aún en esa parte.
Si bien es cierto que los riesgos de reaccionar contra el implante son mínimos, porque se está utilizando como tal la grasa del propio paciente, también es cierto que la apariencia física es mucho menos natural.
Desde luego, la celulitis, como grasa acumulada en las células de la piel, seguirá estando y, si acaso, incluso más marcada. También será más complicado observar resultados si uno quiere seguir haciendo ejercicio y manteniéndose saludable, algo imprescindible para resultar atractivo.
Es por estas razones por las que las operaciones de implantes no se recomiendan, ni siquiera si son de grasa, si uno quiere obtener un resultado que sea sostenible en el tiempo y que no afecte negativamente a la salud, corriendo riesgos innecesarios y gastando grandes sumas de dinero.
Las inyecciones en el culo tampoco son recomendables
Existe otro tipo de alternativas médicas que tienen también adeptos, sobre todo por ser más baratas y por conllevar (en principio) menos riesgos que las operaciones quirúrgicas de colocación de implantes o lipoinyección.
Estas alternativas consisten en realizar inyecciones en la zona, incorporando al cuerpo una especie de silicona, colágeno o compuesto químico sintetizado e industrial, que genera una reacción en el cuerpo y engrandece el tamaño de los glúteos.
El problema de esta alternativa es que de ninguna manera consigue mejorar el aspecto total del glúteo, sino solamente afectar a su tamaño. Es decir que, en el momento en que utilices un bañador, se va a notar que no es un resultado esculpido en ejercicio.
La celulitis y los problemas de circulación seguirás padeciéndolos, además de haber perdido una cantidad considerable de dinero, ya que estas inyecciones deben ser periódicas para asegurar la fijación del resultado.
Por supuesto, huelga decir que el compuesto que se inyecta es del todo ajeno al cuerpo y que también puede generar reacciones que pongan en peligro seriamente la salud de nuestro organismo.
¿Y entonces?
Entonces, aunque suene a ser una solución menos fácil, la mejor manera de conseguir unos glúteos más grandes es hacer ejercicios específicos como los que hay en esta página y seguir una dieta equilibrada, además de incorporar agua y descanso adecuados en tu día a día.
Se debe evitar en estos casos seguir dietas milagro que en la mayoría de ocasiones solamente elevan los alimentos de grasas saludables y no saludables en una esperanza ilógica de que se acumulen en el trasero y no en el resto del cuerpo.
Con estas dietas, lo más seguro es que aumentes de peso y que tus glúteos crezcan tanto como el resto de las zonas que, seguramente, no quieras destacar. Asegúrate de conocer tus necesidades nutricionales, y de realizar los ejercicios de forma constante y correcta.
Es cierto que el resultado no se verá de forma inmediata, que requerirá esfuerzo y trabajo, pero también es cierto que no habrá nada que respete tanto tu salud como el mantenimiento de un estilo de vida saludable que permita la adherencia de los hábitos.
Si crees que puedes desmotivarte en el camino, un consejo útil que te puedo dar es que midas el contorno de tus muslos, gemelos y caderas antes de empezar ese cambio que haga de tus glúteos tu parte más atractiva, y que tomes algunas fotos del antes, para comparar con el después.
Así conseguirás seguir un progreso serio en el que puedas valorar tu evolución y tus objetivos, para readaptar la frecuencia e intensidad de tus rutinas, tu dieta y tus niveles de descanso, y desarrollar tu cuerpo adecuadamente.
Como puedes ver, los implantes de trasero o las inyecciones no son una buena idea. Siempre será mejor apostar por los ejercicios y por la dieta, aunque cueste más conseguir resultados. A largo plazo, me lo agradecerás. Créeme.
Recursos bibliográficos del artículo
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