Los masajes de glúteos pueden ser muy importantes en gran variedad de situaciones. Por ejemplo, para ayudar a sanar lesiones. También se pueden hacer por simple placer. Sea como sea, hoy te mencionamos las claves para hacer un buen masaje de trasero.
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Cuándo hacer un masaje de glúteos
Es cierto que podemos decidir hacernos masajes por muchas razones, pero cuando se trata de la recuperación tras el ejercicio, los masajes son unos aliados muy interesantes. En este post vamos a ver cómo hacerle un masaje a alguien en los glúteos, y cómo hacértelo a ti mismo.
El masaje es un importante método terapéutico, que cada ves adquiere mayor importancia tanto en el ámbito de la actividad física como en el campo del deporte de alto rendimiento. En la actualidad es uno de los medios más eficaces para recuperar e incrementar la capacidad de trabajo de los deportistas y para la rehabilitación de las lesiones. (1)
En algunas ocasiones bastará con que cuides de tu recuperación con estiramientos suaves y masajes, pero en otros será necesario que acudas a un especialista en fisioterapia, sobre todo si tienes una lesión.
Las lesiones en el glúteo pueden producirse por defectos en la técnica de algunos ejercicios, o por sobrecargas. Si este es tu caso, puedes intentar guardar reposo y cuidarte, pero tarde o temprano será necesario que acudas a un fisioterapeuta.
Aunque no se realicen con ánimo de reducir el impacto de una lesión, los masajes también son recomendables para aumentar la circulación sanguínea de la zona y la recuperación, consiguiendo que los nutrientes se desplacen por la sangre hasta todas las zonas de los músculos.
También dependiendo de tus necesidades físicas te encontrarás con variedad de tipos de masajes, dentro de los más destacados y utilizadas por los deportistas se encuentran los masajes deportivos, los masajes descontracturantes o los masajes de relajación.
Primer truco: conocer nuestros glúteos
Lo que normalmente denominamos como glúteos son en realidad la combinación de tres músculos, que se denominan respectivamente glúteo mayor, glúteo menor y glúteo medio. Cada uno tiene una función distinta y específica, lo que explica la diferencia entre ellos. (2)
El glúteo mayor se encarga de mover la pierna hacia delante y hacia atrás, y es un músculo muy grande, duro y potente. El glúteo medio se encuentra más abajo y hacia la derecha y se encarga de contribuir a los movimientos de separación y acercamiento de las piernas. (3)
Por último, el glúteo menor, el menos potente de los tres, se encuentra por debajo de ellos y tiene una potencia más reducida. El glúteo menor contribuye también al movimiento de apertura y acercamiento de las piernas. (4)
En la articulación de la cadera también es interesante valorar otra serie de músculos que es recomendable conocer a la hora de hacer un masaje en el glúteo, porque puede ser que sean los que originan la lesión, aunque sean más pequeños.
Además, en toda la inserción del fémur en la cadera se encuentran incontables tendones que permiten el movimiento articular, y en muchas ocasiones son los protagonistas de las sobrecargas.
Por esta razón, si después de una pequeña lesión o molestia no mejoras, debes acudir a un especialista.
Segundo truco: conoce los tipos de masaje
El masaje puedes hacerlo con las manos o utilizar un accesorio que te sirva para aplicar la presión. Cuando hagas un masaje a otra persona, es recomendable que utilices las manos porque ganarás en precisión.
En cambio, es más difícil aplicarse un automasaje con las manos en el glúteo, por lo que a veces se recomienda usar una pelota de tenis, de golf o de Lacross y un rodillo de espuma (o Foam Roller) de anchura variable que permita controlar la presión sobre los músculos.
La intensidad de los masajes debe ser moderada, ni demasiado suave ni demasiado fuerte, y se debe detener el masaje siempre que haya dolor severo. No olvidemos que los masajes buscan ocasionar una mejora en quien los recibe, y no empeorar una potencial lesión.
Dentro de los distintos grados de presión moderada, el masaje puede centrarse en la intención relajante o descontracturante, para lo que será necesario aplicar una presión proporcional. Así, los masajes relajantes normalmente aplican una presión menor.
Tercer truco: el masaje específico
El movimiento básico que se realiza en todo masaje, y también en un masaje de los glúteos, es aquel que sigue la dirección de las fibras del músculo en dirección centrípeta (hacia el corazón). Es decir, en el caso del glúteo, hacia arriba sobre la zona del trasero.
El glúteo medio se sitúa un poco más arriba y a la derecha, donde terminan las lumbares, y puede requerir que te centres más en él: el glúteo mayor, por lo general, soporta mejor el estrés muscular, y acceder al glúteo menor es complicado si no eres profesional, porque es profundo.
Recuerda que, mientras estés dando el masaje, las manos, nunca frías, no deben separarse de la superficie de la piel. Si en realidad te estás sirviendo de un instrumento para hacértelo a ti mismo, procura no alterar la intensidad de la presión.
Además de las manos, cuando masajees el glúteo de otra persona puedes ayudarte de la superficie del antebrazo, que es más alargada, y cubrir con movimientos ascendentes y descendentes la zona del glúteo.
Como puedes ver, estas claves para hacer un buen masaje de trasero son las mejores que puedes seguir tanto si quieres dar un masaje por simple placer, como si quieres darlo para ayudar a que sanen antes las posibles lesiones que hayas podido tener entrenando.
Recursos bibliográficos del artículo
- (1) Biriukov A. El masaje deportivo. 4ta edición. Barcelona: Paidotribo; 2003.
- Del Barrio C. El masaje deportivo: ¿en qué consiste?. Fisioterapia MYOS. Terapia Manual y Pilates. Disponible en: http://myos-fisioterapia.blogspot.com/2011/03/el-masaje-deportivo.html. 24 marzo 2011.
- Crane J, Ogborn D. La terapia de masaje atenúa la señalización inflamatoria después del daño muscular inducido por el ejercicio. Pub Med. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22301554. 1 febrero 2012.
- (2,3,4) Ahonen J, Lahtinen T. Kinesiología y Anatomía Aplicada a la Actividad Física. 2da edición. Barcelona: Paidotribo; 2001.
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